El mar es el Lucifer del azul. El cielo caído por querer ser la luz.
Pobre mar condenado a eterno movimiento habiendo antes estado quieto en el firmamento! Pero de tu amargura te redimió el amor.
Pariste a Venus pura, y quedóse tu hondura virgen y sin dolor.
Tus tristezas son bellas, mar de espasmos gloriosos.
Mas hoy en vez de estrellas tienes pulpos verdosos.
Aguanta tu sufrir, formidable Satán.
Cristo anduvo por ti, mas también lo hizo Pan.
La estrella Venus es la armonía del mundo. Calle el Eclesiastés!
Venus es lo profundo del alma...
Y el hombre miserable es un ángel caído.
La tierra es el probable paraíso perdido.
Frederico Garcia Lorca
pindaro
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