Se murió el mar una noche
de una orilla a la otra orilla
se arrugó, se recogió
como manto que retiran.
Igual que albatros beodo
y que la alimaña huida
hasta el último horizonte
con diez oleajes corría.
Y cuando el mundo robado
volvió a ver la luz del día
él era un cuerno cascado
que al grito no respondía.
Mirada huérfana echaban
acantilados y rías
al cancelado horizonte
que su amor no respondía
y aunque el sueño él volease
el pulpo y la pesadilla
al umbral de nuestras casas
los ahogados escupía.
Gabriela Mistral
pindaro
Sem comentários:
Enviar um comentário