Estás en mi corazón
aunque estoy lejos de ti
y es el tormento mayor
esta fatal separación.
Estás en mi corazón
y en mi amarga soledad,
el recuerdo de tu amor
disminuye mi pensar.
Yo bien sé que nunca más
en mis brazos estarás
prisionera de un cariño
que fue toda mi ilusión.
Pero nada ha de poder
que te deje de querer
porque como única dueña
estás en mi corazón.
Ernesto Lecuona
Pindaro
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