Será mejor entonces, mujer, dejar de vernos,
apartar los labios teñidos de vino
y maquillar la roja mordedura del amor
ante viejos espejos carcomidos?
Nunca tendremos una casa, es cierto,
pero la intemperie de un gemido ha sido nuestro hogar.
No habrán aniversarios ni flores
pero tú rodarás interminablemente
entre las flores de mi sueño hasta mi tumba.
lo que la carne une nada lo separa:
ni Dios ni el tiempo ni el tempo ni el olvido.
el deseo planta un árbol del que una gran cauda de
Pájaros desciende
Para beber en la fuente lasciva de la sangre.
Rafael Vargas
pindaro
Sem comentários:
Enviar um comentário